miércoles, 15 de agosto de 2012


DISEÑOS CURRICULARES DE AULA

Martiniano Román Pérez – Eloisa Díez López
Resumen de: Luis Antonio Abad Arriaga

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Los nuevos diseños curriculares, ante el fracaso evidente de las reformas que se han sucedido, tiene que fundamentarse en que las organizaciones tienen que crear su propio conocimiento y aprender herramientas para la vida: capacidades, destrezas y habilidades, junto a valores y actitudes.
Para lograr esto se necesita refundar la escuela, sin perder de vista el pasado y sin pretender como se ha hecho siempre, un reordenamiento superficial; sino tocar a profundidad la inteligencia institucional y profesional de la organización.
En esta refundación, el maestro tiene que entender que el diseño curricular de aula es un instrumento de planificación, que tiene que respetar el axioma de que los contenidos y los métodos son medios para desarrollar capacidades y valores., implantando un nuevo paradigma humanista socio – cognitivo, donde se apoya en los supuestos de aprender a aprender para desarrollar capacidades y valores, por medio de actividades como estrategias de aprendizaje, de una manera científica (inductiva – deductiva) constructiva y significativa para el aprendiz. Con un nuevo modelo de profesor como mediador del aprendizaje y de la cultura social e institucional.
Esto significa que para implantar este nuevo modelo la organización tiene que desaprender los modelos de la escuela clásica y la escuela activa. En la escuela clásica principalmente se consideraba el aprendizaje de contenidos por medio de métodos, procedimientos y actividades, subordinando las habilidades y los valores que se desarrollaban indirectamente y por sentido común (currículo oculto).
En la escuela activa, que surge a finales del siglo XIX se da primacía a los métodos y actividades como formas de hacer, que era más importante que el saber. Continuando subordinado las habilidades y los valores y gran parte de los contenidos. El aprender se reduce a saber hacer o aprender a hacer.
Con estas experiencias históricas, los diseños curriculares de aula tienen que convertirse en herramientas de planificación donde no se centre la educación en los contenidos como objetivo principal, o en el clásico modelo de enseñanza – aprendizaje, sino orientar el proceso en el desarrollo de habilidades y valores, con maestros que tengan en cuenta que primero es el aprendizaje. Es decir dejar de lado el modelo conductista de un currículo cerrado, con la suma de actividades y dejando al sentido común la formación de habilidades y valores. Es decir darle el suficiente valor al “aprendizaje – enseñanza” que tenga presentes elementos cognitivos (capacidades y destrezas) y elementos afectivos (valores y actitudes).
Con estas consideraciones, la nueva escuela se basaría en un paradigma socio – cognitivo, sustentado epistemológicamente en: una fuente psicológica, que explique que el currículo como modelo de aprendizaje, aprender a aprender  como desarrollo de procesos cognitivos y afectivos. Sociológicamente, que el profesor medie en el marco cultural del aprendiz, actuando la escuela como una agencia de socialización y enculturación. La fuente antropológica, tiene que ver con el tipo de humanismo a desarrollar en el hombre, el tipo de cultura y valores para intervenir en el contexto del estudiante. Todas estas fuentes intervienen en la didáctica  de las áreas y asignaturas en todos los niveles educativos.
Es necesario entonces, definir al currículo como selección cultural: Las capacidades, los valores, contenidos y los métodos / procedimientos que los adultos queremos que se aprendan en la escuela. Las escuelas son las instituciones y los profesores los mediadores de la cultura social e institucional. Las capacidades (como herramientas mentales) y los valores (como tonalidades afectivas) son los objetivos, y los contenidos (como formas de saber) junto con los procedimientos – métodos, son los medios para conseguir los objetivos.
Los elementos fundamentales del Diseño Curricular de Aula, son los mismos del currículo: capacidades – valores como objetivos y contenidos y métodos como medios, aplicados al aula. Con una buena planificación de estos cuatro elementos, en la práctica se evidencia que se subordinan la enseñanza al aprendizaje y la enseñanza es un método centrado en procesos, orientado al desarrollo real de capacidades y valores.
El Diseño Curricular de Aula consta de una planificación larga anual o bianual  y varias planificaciones cortas (entre tres y seis) por año. La planificación larga de la asignatura se divide en planificaciones cortas o programaciones de unidades de aprendizaje. Esta división favorece el aprendizaje constructivo y significativo.
En una planificación larga se pueden señalar entre sus elementos fundamentales a: La evaluación inicial, indica el andamio, la estructura, el organizador y los conceptos previos sobre los cuales se construyen los nuevos aprendizajes. Sobre este elemento el profesor tiene que tener una hipótesis sobre lo que tienen que saber los estudiantes (conceptos previos) y que tienen que saber hacer con lo que saben (destrezas o habilidades) para comenzar un curso, y planificar sobre esa realidad.
El Modelo T de Asignatura: trata de integrar los elementos básicos del currículo (capacidades y valores como objetivos y contenidos y métodos como medios) en una sola hoja para que sean percibidos de manera global y el profesor pueda construir una imagen mental útil para su actuación profesional en un año escolar. Se apoya en tres teorías fundamentales: Teoría del procesamiento de la información, trata de facilitar el procesamiento y la organización mental de todos los elementos del currículo. La Teoría del interaccionismo social, que es como una foto de la cultura social e institucional y Teoría de la Gestalt, percepción global de la información curricular.
El papel del profesor como mediador del aprendizaje, parte de identificar con precisión el “para qué aprende el aprendiz” lo que le va a dar la dirección a su actuación. Tiene que tener sentido de que se pretende desarrollar personas capaces de vivir y convivir como personas, ciudadanos y profesionales, en el marco de la cultura social e institucional. El profesor debe priorizar los procesos de aprendizaje y así generar modelos de enseñanza centrad en procesos, en forma de estrategias de aprendizaje. El cómo enseñar se debe subordinar  al cómo aprende el aprendiz. En este sentido es que el profesor usa sus estrategias cognitivas y metacognitivas para posibilitar el aprendizaje, sin dejar de lado los pasos en los procesos científicos del mismo.
Esta planificación sería conveniente para mejorar los procesos educativos, teniendo en cuenta la ineficacia de la escuela clásica y la escuela activa en el hombre actual.


 
















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