DISEÑOS CURRICULARES DE AULA
Martiniano Román Pérez – Eloisa Díez
López
Resumen de: Luis Antonio Abad
Arriaga
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Los nuevos diseños curriculares, ante
el fracaso evidente de las reformas que se han sucedido, tiene que
fundamentarse en que las organizaciones tienen que crear su propio conocimiento
y aprender herramientas para la vida: capacidades, destrezas y habilidades,
junto a valores y actitudes.
Para lograr esto se necesita refundar
la escuela, sin perder de vista el pasado y sin pretender como se ha hecho
siempre, un reordenamiento superficial; sino tocar a profundidad la
inteligencia institucional y profesional de la organización.
En esta refundación, el maestro tiene
que entender que el diseño curricular de aula es un instrumento de
planificación, que tiene que respetar el axioma de que los contenidos y los
métodos son medios para desarrollar capacidades y valores., implantando un
nuevo paradigma humanista socio – cognitivo, donde se apoya en los supuestos de
aprender a aprender para desarrollar capacidades y valores, por medio de
actividades como estrategias de aprendizaje, de una manera científica
(inductiva – deductiva) constructiva y significativa para el aprendiz. Con un
nuevo modelo de profesor como mediador del aprendizaje y de la cultura social e
institucional.
Esto significa que para implantar este
nuevo modelo la organización tiene que desaprender los modelos de la escuela
clásica y la escuela activa. En la escuela clásica principalmente se
consideraba el aprendizaje de contenidos por medio de métodos, procedimientos y
actividades, subordinando las habilidades y los valores que se desarrollaban
indirectamente y por sentido común (currículo oculto).
En la escuela activa, que surge a
finales del siglo XIX se da primacía a los métodos y actividades como formas de
hacer, que era más importante que el saber. Continuando subordinado las
habilidades y los valores y gran parte de los contenidos. El aprender se reduce
a saber hacer o aprender a hacer.
Con estas experiencias históricas, los
diseños curriculares de aula tienen que convertirse en herramientas de
planificación donde no se centre la educación en los contenidos como objetivo
principal, o en el clásico modelo de enseñanza – aprendizaje, sino orientar el
proceso en el desarrollo de habilidades y valores, con maestros que tengan en
cuenta que primero es el aprendizaje. Es decir dejar de lado el modelo
conductista de un currículo cerrado, con la suma de actividades y dejando al
sentido común la formación de habilidades y valores. Es decir darle el suficiente
valor al “aprendizaje – enseñanza” que tenga presentes elementos cognitivos
(capacidades y destrezas) y elementos afectivos (valores y actitudes).
Con estas consideraciones, la nueva
escuela se basaría en un paradigma socio – cognitivo, sustentado epistemológicamente
en: una fuente psicológica, que explique que el currículo como modelo de
aprendizaje, aprender a aprender como
desarrollo de procesos cognitivos y afectivos. Sociológicamente, que el
profesor medie en el marco cultural del aprendiz, actuando la escuela como una
agencia de socialización y enculturación. La fuente antropológica, tiene que
ver con el tipo de humanismo a desarrollar en el hombre, el tipo de cultura y
valores para intervenir en el contexto del estudiante. Todas estas fuentes intervienen
en la didáctica de las áreas y
asignaturas en todos los niveles educativos.
Es necesario entonces, definir al
currículo como selección cultural: Las capacidades, los valores, contenidos y
los métodos / procedimientos que los adultos queremos que se aprendan en la
escuela. Las escuelas son las instituciones y los profesores los mediadores de
la cultura social e institucional. Las capacidades (como herramientas mentales)
y los valores (como tonalidades afectivas) son los objetivos, y los contenidos
(como formas de saber) junto con los procedimientos – métodos, son los medios
para conseguir los objetivos.
Los elementos fundamentales del Diseño
Curricular de Aula, son los mismos del currículo: capacidades – valores como
objetivos y contenidos y métodos como medios, aplicados al aula. Con una buena
planificación de estos cuatro elementos, en la práctica se evidencia que se
subordinan la enseñanza al aprendizaje y la enseñanza es un método centrado en
procesos, orientado al desarrollo real de capacidades y valores.
El Diseño Curricular de Aula consta de
una planificación larga anual o bianual
y varias planificaciones cortas (entre tres y seis) por año. La
planificación larga de la asignatura se divide en planificaciones cortas o
programaciones de unidades de aprendizaje. Esta división favorece el
aprendizaje constructivo y significativo.
En una planificación larga se pueden
señalar entre sus elementos fundamentales a: La evaluación inicial, indica el andamio, la estructura, el
organizador y los conceptos previos sobre los cuales se construyen los nuevos
aprendizajes. Sobre este elemento el profesor tiene que tener una hipótesis
sobre lo que tienen que saber los estudiantes (conceptos previos) y que tienen
que saber hacer con lo que saben (destrezas o habilidades) para comenzar un
curso, y planificar sobre esa realidad.
El
Modelo T de Asignatura:
trata de integrar los elementos básicos del currículo (capacidades y valores
como objetivos y contenidos y métodos como medios) en una sola hoja para que
sean percibidos de manera global y el profesor pueda construir una imagen
mental útil para su actuación profesional en un año escolar. Se apoya en tres
teorías fundamentales: Teoría del procesamiento de la información, trata de
facilitar el procesamiento y la organización mental de todos los elementos del
currículo. La Teoría del interaccionismo social, que es como una foto de la
cultura social e institucional y Teoría de la Gestalt, percepción global de la
información curricular.
El papel del profesor como mediador
del aprendizaje, parte de identificar con precisión el “para qué aprende el
aprendiz” lo que le va a dar la dirección a su actuación. Tiene que tener
sentido de que se pretende desarrollar personas capaces de vivir y convivir
como personas, ciudadanos y profesionales, en el marco de la cultura social e
institucional. El profesor debe priorizar los procesos de aprendizaje y así
generar modelos de enseñanza centrad en procesos, en forma de estrategias de
aprendizaje. El cómo enseñar se debe subordinar
al cómo aprende el aprendiz. En este sentido es que el profesor usa sus
estrategias cognitivas y metacognitivas para posibilitar el aprendizaje, sin
dejar de lado los pasos en los procesos científicos del mismo.
Esta planificación sería conveniente
para mejorar los procesos educativos, teniendo en cuenta la ineficacia de la
escuela clásica y la escuela activa en el hombre actual.
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